Historia de un embarazo: Primer Trimestre

Estaba de vacaciones con mi esposo en una playa paradisíaca del Caribe que se llama San Andrés. Habíamos alquilado un carro que nos permitió pasear por toda la isla y así, parar en distintas playas menos turísticas.

Encontramos una muy bella, con poca gente y un local que vendía deliciosos cócteles. Ambos tomamos un par de «piña colada» y «coco loco». Entre nuestra aventura en el agua, me dieron muchas ganas de ir al baño, demasiadas.

Yo estaba esperando que mi menstruación llegara, porque siempre he sido muy regular y cuidadosa con ella. Estaba teniendo los síntomas típicos, como cólicos, dolor en mis senos y antojos. Como sabía que iría a la playa, había tomado pastillas para retrasar mi menstruación, pero dejé de tomarlas porque «algo en mí» me dijo que era mejor dejar todo fluir.

Lo que no sabía es que no bajaría la sangre hasta después de nueve meses.

Mientras andábamos aventurado, yo sentía demasiadas ganas de ir al baño. Primero una vez, luego tres, cinco, seis y ahí sí me preocupé.

– Creo que estoy embarazada –, le dije a mi esposo.

Decidimos comprar una prueba de embarazo de las más baratas y así descartar esa conclusión. Fuimos al apartamento, me fui al baño y me hice la prueba.

– ¡¡¡AMOR!!! Estoy embarazada-, grité a todo pulmón.

Mi esposo me recomendó que era mejor no emocionarnos aún y al día siguiente, pasaríamos por la farmacia para comprar una prueba más eficaz.

Primer mes de embarazo

Hicimos una prueba digital que nos decía las semanas exactas. Resultó que llevaba un mes de embarazo y yo, ni por enterada. Inmediatamente, corté mi relación con el alcohol. Nunca he fumado, así que no tuve que dejar el cigarrillo y me dispuse juiciosa a comer saludable.

A la primera persona que le contamos fue a mi mamá, ella se puso muy contenta y me dio varios consejos:

  • Come siempre varias veces al día en pequeñas porciones.
  • Consume pescados, carnes magras, muchas verduras y frutas.
  • Duerme todo lo que puedas y disfruta de ese momento.
  • Mantén tus emociones controladas, evita el estrés.

Luego, llamamos a la mamá de mi esposo y para ella fue un poco más difícil de asimilar. Pues, quería que nuestros primeros años de matrimonio pudiéramos viajar juntos, antes de tener una familia. Un bebé cambia todos los planes, así que nos recordó la responsabilidad que esto trae.

A pesar de todo, ambos estábamos muy felices. No era lo que estábamos buscando, pero tampoco nos arrepentimos. Tuvimos muchas emociones encontradas, pero en su mayoría estás fueron de felicidad. Una nueva vida estaba por iniciar.

Podría decir que el primer mes de embarazo no se siente mucho, es muy llevadero. Algunas mujeres, como yo, no saben que están embarazadas. Los síntomas son tan parecidos a la menstruación que es muy complejo distinguirlos.

Segundo mes de embarazo

Para este momento ya habíamos agendado cita en el médico, yo estaba siguiendo una dieta vegetariana, pero me dijeron que podría seguir haciéndolo siempre y cuando tomara vitaminas de más.

Personalmente, no quería tomar muchas vitaminas así que preferí pausar mi dieta vegetariana por mi bebé. Esta no fue una decisión fácil, ya que mi esposo es muy serio con este tema y le incomoda verme comiendo productos animales. Sin embargo, ambos decidimos que haríamos el sacrificio por la salud de nuestro hijo.

Aproximadamente en la semana 7, cuando el mes estaba por terminar, empezaron mis mareos y vómitos. Esto fue horrible, de verdad que son muy afortunadas aquellas mamás que no tienen estos síntomas.

A mí me dio vómito todo el día, más de cuatro veces. No podía retener nada de comida, estaba cansada con las hormonas alborotadas. Mejor dicho, nada lindo.

Este es el momento del embarazo que no te venden en las películas, porque no te cuentan cómo vas a estar de loquita. Tus gustos cambian, el olfato se desarrolla, de repente tienes antojos de algo que nunca habías comido, entre otros.

Tercer mes de embarazo

Este mes pasa demasiado lento, si eres de las mujeres que como yo, tuvieron muchos vómitos. Uno no ve la luz al final del túnel, pareciera eterno.

Yo me volví súper perezosa, porque estábamos en invierno. Miraba la calle por la ventana y esas temperaturas me daban escalofríos. No quería salir, prefiera estar encerrada viendo películas. Además, cada vez que asomaba mi cabeza a la calle, me entraban esos olores horribles y más náuseas tenía.

En Turquía, lamentablemente, no todo el mundo se baña ni tiene hábitos de higiene. Por lo tanto, cuando caminas por la calle te entra ese olor a axila, terrible que dan ganas de vomitar.

Entre otras cosas, me empezó a gustar el salmón, la comida bien salada; aborrecí las lentejas, el brócoli y cualquier cosa que me dieran náuseas. Me empecé a sentir como una persona completamente distinta, por ejemplo, mi libido se cayó por completo -pobrecito mi esposo, jejeje-. La saliva me parecía asquerosa, algunas veces no soportaba sus abrazos, porque el olor de su barba me daba asco. Sin embargo, él siempre fue paciente conmigo y entendió que estaba pasando por una confusión de hormonas impresionantes, así que hasta el momento no se ha quejado.

Recomendaciones generales

  • Lo primero que debes hacer cuando sabes que estás embarazada es cuidarte en la alimentación y en hábitos saludables. Por eso, debemos dejar atrás el alcohol, el cigarrillo, el café, las drogas, cualquier cosa que le haga daño a nuestro bebé. Puedes iniciar por incorporar una alimentación balanceada, siguiendo lo que te dice tu médico.
  • En mi caso personal, no pude hacer ejercicio esos tres meses porque las náuseas y el malestar general no me daban energía para hacer. Sin embargo, si este no es tu caso, mantén activo tu cuerpo y haz ejercicio moderado.
  • Saca cita con tu doctor, la primera vez te harán exámenes de sangre, de orina y también, podrás ver a tu «frijolito» en la barriguita. Este es el momento más emocionante de tu vida, cuando empiezas a ver como una cosita tan pequeña está dentro de ti.
  • Habla con tu pareja y ojalá, ambos aprendan de qué emociones aparecen en el embarazo, ya que tu personalidad será fluctuante, puede que se te caigan los deseos sexuales y eso será difícil de entender para él, a menos de que ya ambos sepan a qué se están enfrentando.
  • Si tienes muchas náuseas, come varias veces al día con porciones pequeñas. Mantén al lado de tu cama una galletas saladas, así apenas despiertes no tienes el estómago vacío. Recuerda, después de un largo ayuno…fijo vas a vomitar.

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