Aprender a soltar

La noche anterior viví una experiencia diferente. La familia de mi esposo quería celebrar una tradición turca que no se había podido realizar, ya que nos casamos en mi país natal.

Esta tradición se le conoce como «la noche de Henna«, la cual consiste en una despedida de la futura esposa a su hogar. Es la forma en la que la chica puede dejar ir su casa, sus padres y todo aquello que rodeaba su vida.

Se suponía que durante la ceremonia yo debía estar llorando, pues en Turquía casarse es todo un acontecimiento. Sin embargo, a mí me dio un ataque de risa porque esto es algo a lo que no estoy acostumbrada. En mi mente no existe la idea de «llorar porque me voy a casar». Al contrario, antes de mi boda estaba feliz y dichosa, al igual mis papás.

Esta experiencia multicultural me hizo pensar en lo difícil que es soltar algo en nuestra vida. A veces nos aferramos y apegamos tanto a las personas, los lugares, las cosas, que cuando ya dejan de existir en nuestro panorama, duele y mucho.

A mí, sinceramente, no me dolió casarme, pero sí me ha costado trabajo acostumbrarme a vivir en un nuevo país, distinto al mío. Por eso, siento que la tarea más importante que debo hacer en este momento es aprender a soltar.

En la cultura turca tienen un ritual para que su hija pueda soltar a su familia para iniciar otra. Siento que el hecho de hacer ese ritual ayuda a que la mente se adapte a lo nuevo que llega. Es una forma de preparación para que en el momento en que se materialice el cambio, sea más fácil asimilarlo.

Creo que podemos aplicar este método para distintas experiencias en nuestra vida donde nos cuesta soltar.

Si tu pareja te dejó, si algún familiar falleció, si te quedaste sin trabajo o simplemente, te cuesta acostumbrarte a vivir algo nuevo; imagínate poder ayudar a tu mente a entender este proceso con un ritual para soltar.

La aceptación

Sé que suena raro, pero esto nos ayudará a realizar el primer paso para poder soltar algo. Este primer paso consiste en la aceptación de nuestra realidad.

Es cuando eres capaz de decirte a ti mismo, aunque duela:

– Olivia, ya no vives en Colombia. Tu hogar ahora es Turquía–.

– María, tu novio se fue con otra–.

– Ramiro, ya no eres gerente de la compañía–.

Cuando somos capaces de entender y comprender que la realidad que vivíamos antes, ya no existe, aprendemos a aceptar y así será más fácil soltar. Pues, si ya no está ¿cómo vamos a volver a recuperarla? ¿vale la pena gastar tanta energía por algo que ya no existe?

Poco a poco, dependiendo del tiempo y el proceso, vamos a dejar ir los sueños que estaban arraigados a eso que debemos soltar.

Dejar de pensar en el futuro

Cuando ya eres capaz de aceptar, viene la etapa de aterrizar en el presente y dejar de pensar en lo que hubiera sido nuestro futuro.

Si te encuentras pensando:

«¿Qué hubiera pasado si mi mamá estuviera viva en este momento?», «¿Qué sería de mí si aún fuera gerente?», «¿Cómo sería mi futuro con ese ex novio que me dejó por otra?».

Si estás en ese momento, tienes que parar y decirte a ti mismo que es hora de dejar ir. Pues, recuerda que esa realidad ya no existe.

Dejar de volver al pasado

Puede que pase lo contrario y en vez de proyectar hacia al futuro, te quedes envuelto en el pasado. En este caso, sientes que es muy difícil soltar porque aunque esa realidad no existe, tu mente te lleva constantemente a revivir momentos y recuerdos.

Si este es tu caso, quiero que te imagines como si fueras un burro de carga andando un largo camino. Pues, así estás lastimando tu vida.

No sé si te ha pasado que vas en el coche y vez un burro cargando muchas cosas. A mí me da lástima y siento que nadie merece cargar con tanto, porque a la final saldrá lastimado. Puede que tu no estés cargando mercancías, ni cosas materiales. Tu carga es emocional y aunque no se pueda tocar, tiene un gran peso.

Si vuelves al pasado, este va a doler y revives el sentimiento. Sigues cargando el bulto pesado por el largo camino. Entonces, se te olvida que al rededor hay cosas más lindas por las cuales vivir, ya que tu mirada está concentrada en el pasado.

Enfócate en el presente

Mi invitación es a que te enfoques en el presente. Cada vez que descubras a tu mente viajando en el tiempo, ponla a aterrizar. Enfócate y piensa en disfrutar lo que tienes en este momento.

Yo sé que dejar ir no es fácil, sin embargo, ¿de qué nos sirve aferrarnos a aquello que nos lastima? Sea lo que sea que te genere una carga, permítete liberarte de ello para que así tengas un viaje por la vida más ligero. Recuerda que para soltar, primero debes aceptar la situación y después, intentarte enfocarte en el presente.


¿Te ha gustado este artículo? No te pierdas los demás, únete a mi lista de correo electrónico y recibe los nuevos escritos.

Deja un comentario