Nuevos comienzos

Confía en la magia de los nuevos comienzos.

Hoy doy inicio a un nuevo capítulo en mi vida. Uno donde dejo de ser observadora con actitud pasiva y me envuelvo en el fuego de la acción. Ahora, me doy a la tarea de trabajar por mis sueños de escalar las montañas de las pasiones que siempre han tenido un eco en mi corazón.

En ocasiones he dejado que el miedo, la pereza y la falta de motivación sean la causa de detenerme a trabajar por aquello que realmente me hace feliz. Entonces, he terminado envuelta en trabajos que no me gustan, con personas que no son afines a mi espíritu, aparentando encajar en la sociedad usando distintas máscaras.

Lo acepto, tengo que dejar atrás el miedo.

El miedo a que mi pareja me deje por decirle lo que siento. El miedo a decir no a mis amigos, cuando me invitan a hacer cosas que no quiero. He tenido miedo de hacer lo que me gusta, porque las personas que me rodean pueden sentirse perturbadas por ello.

Hoy decido que si quiero ser cantante, astronauta o una filósofa que pasa su día llenando su cabeza con ideas «locas», lo haré. Sin importar lo que piensen o digan los demás, porque mi corazón me pide a gritos que le de comienzo, entonces es hora de dejar el miedo para empezar a hacerlo. Es hora de caminar por el sendero de mis sueños.

Quizás algunas de esas personas al cabo de un tiempo volverán para decir «lo siento». Otras de ellas desaparecerán de mi vida y en la medida que avance por mi sendero, ese que yo misma he decidido construir, encontraré nuevas almas con las cuales reír.

Tengo claro que para comenzar de nuevo, debo trabajar por ello.

Y eso implica dejar mi pereza infinita, aquella que aqueja mis días. Sé que nada crece de la noche a la mañana y para poder ver frutos, primero debo sembrar algo. Sé que la disciplina, la constancia y la motivación son importantes para poder lograr cualquier cosa que anhele.

Por eso, debo esforzarme.

Debo salir de mis cobijas, tender mi cama y mantenerme con energía. Debo dejar de escribir planes en el papel y pregonar sobre mis sueños. Si realmente quiero algo debo hacerlo. Si quiero ser cantante, debo componer música y buscar los medios para darme a conocer. Si quiero ser filósofa es hora de leer libros, participar en tertulias y plantear ideas.

Nada se construye de la noche a la mañana, pero tampoco los sueños se realizan de sólo afirmaciones, velas con colores y deseos fervientes. Si queremos manifestar algo, por pequeño que sea, no sólo debemos visualizarlo, también hay que ponernos a trabajar por ello.

Confieso que antes de lanzarme por mis nuevos comienzos, yo era de esas personas que le decía a todos «quiero ser escritora». Entonces, en la Luna Llena ponía una vela con mis deseos. Uno que otro día recitaba afirmaciones, mantras y ponía más de una intención al Universo.

Pasó el tiempo y no escribí ni un libro. Mucho menos un artículo y todo aquello que deseé fervientemente con mi pensamiento, no alcanzo a manifestarse. Entré en desaliento, la pereza se apoderó de mí, porque no encontraba fórmula mágica que me permitiera cerrar los ojos y vivir la realidad que estaba imaginando.

Entonces, decidí cambiar de hechizo. Ahora, menos palabras y más acción. Por eso, escribo estos versos. Para decirte a ti, que nunca es tarde para comenzar algo y si quieres que eso que deseas se mantenga, debes ser constante en ello. Lo más importante que debes tener en cuenta es que los sueños se construyen día a día, por lo tanto…siempre habrán nuevos comienzos.


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